La importancia de los ciclos vitales en la familia

Author: alejandro /


Muchas veces se ha tratado el tema de las relaciones familiares en diferentes ámbitos cotidianos. Sabido es que varios caminos son transitados por rosas…y sus espinas. La pregunta que pareciera escaparse de varios abordajes terapéuticos es acerca de cómo los ciclos vitales familiares realizan una interacción entre los miembros que dificulta el acercamiento y la comprensión para resolver problemas que más que sentirlos atendibles, parecieran proezas épicas dignas de cualquier Odisea. Una imagen vale más que mil palabras dicen. Pero en cuestiones interpersonales, ¿hasta que punto la importancia de la palabra puede omitirse? Hay muchos ríos de tinta escritos sobre la importancia de vivir en sociedad, pero aún en la más pequeña de ellas, la familia, pareciera que todavía no podemos entendernos como seres a los que nos pasan cosas, que la incomprensión puede ser una muestra no sólo de desinterés o rechazo, sino que a veces no comprendemos porque no podemos. Esto puede ser leído de muchas maneras, pero aquí detengámonos en el atravesamiento de los ciclos vitales familiares. Cada familia llevará consigo una manera distinta, unívoca de llevar adelante su ciclo vital completo. Del galanteo inicial al casamiento, embarazo, parto y nacimiento de los hijos, escolaridad, cambios madurativos, la adultez hasta llegar a la vejez, todos los miembros habrán pasado innumerables situaciones de crisis que se pueden caracterizar en general por: Reglas y roles que se confunden. Metas y valores que pierden importancia. Reaparición de conflictos irresueltos. Límites difusos. Aumento de incomodidades entre los miembros de la familia. Tensiones, desgracias, etc. ¿Dónde esta entonces la importancia de la comprensión de algunas problemáticas desde los ciclos vitales familiares?. En la vida tomamos decisiones, instancias donde muchas veces nos puede quedar desdibujadas las consecuencias de nuestros actos en quienes nos acompañan, debemos saber que podemos desencadenar algo positivo como negativo, somos protagonistas de cada Ciclo y eso es algo más que un reflejo de estanque cristalino, deberemos en algunas ocasiones hacernos cargo de una ilusión desencadenada…y en otras de movimientos sin sentido, pero sin dejar de contemplar un horizonte estremecido por lo que decidamos. Debemos pensar en lo que nos une..lo que nos dió contención y placer en todas las vivencias atravesadas. Esa estrella que enmarcó de una vez y para siempre los afectos y el deseo de permanecer junto a aquellos con los cuales hoy podemos estar alejados… aunque vivamos en la misma casa. El recuerdo es una función superior de la memoria y permite integrar sentimientos y emociones ligados a los hechos vividos que impregnan nuestro ser. Nos pueden dar la oportunidad de vivenciarlos de una manera más completa. Cuando el recuerdo está asociado al hecho es mucho más rico, permitiendo que su mensaje y la posibilidad de transformación que trae sea más íntegra.
Aceptar con comprensión, con respeto, con cariño y con equilibrio lo que ha sucedido, lo que hemos hecho y no hecho. La experiencia terrenal es una sucesión de momentos dichosos y difíciles, y lo que debe primar es nuestra capacidad de aprendizaje.Seguramente, en el camino aparecerán preguntales tales como: ¿qué debo aprender de esto? . Pero para ello, cada ciclo vital pareciera esconder un Secreto, una estela de luz donde hay penumbras.
La Vida, dicha así, con mayúsculas, espera solamente una vez…y cada uno de los seres humanos que pueblan la Tierra, tienen la misma posibilidad de enriquecerla o empobrecerla. Cada ciclo vital tendrá entonces, una rosa y una espina, la cuestión es que se es capaz de elegir para atravesarlo.